Después de 9 años en competiciones nacionales e internacionales ayer no fue un gran día para mí. Podría haber conseguido la plata europea que me propuse con 90 kg incluso con menos pero minutos antes en el calentamiento fue un peso demasiado fácil para mí. Volaban hacia arriba y es entonces cuando vimos que no solo podríamos luchar por esa plata sino que también podríamos luchar por el bronce del Open con 96 kg, un peso que he dominado durante los últimos meses de entrenamiento.
Finalmente por unas circunstancias y otras me dieron 3 nulos que sentenció mi regreso a casa sin ningún metal. Mi entrenador quiso reclamar el tercer levantamiento puesto que no vimos ni sentí ninguna irregularidad en el movimiento que fuera anti reglamentario. Era tan fácil conseguir esa plata… y ahora me voy sin nada. Sé que algunos de los que me seguís sois deportistas y jueces si veis cualquier cosa en el tercer levantamiento (minuto 33 del vídeo que adjunto a continuación) os agradecería que me dijerais lo que visteis desde aquí o en las redes sociales para entender lo ocurrido.
No me avergüenza decir que ayer necesité tiempo en soledad para asimilar la situación, llorar, pensar, relajarme en la ducha, dormir y finalmente despertar con otra mentalidad.
Muchísimas gracias por todo el apoyo que he tenido antes de la competición de los amigos mexicanos, argentinos, venezolanos, de deportistas españoles que se han convertido en grandes amigos, de mi familia y amigos, del CPE, la FEDDF, los medios de comunicación, Liberty Seguros… Y un largo etcétera, ha sido increíble y, por esta vez, no estuve a la altura para dedicaros esa medalla.
Pero MIL MILLONES DE GRACIAS por el apoyo que tenido después de la competición, no me esperaba nada así en absoluto. A veces, a los deportistas que compiten mal o juegan mal un partido se los juzga de una forma que a ese deportista le duele porque detrás de esa mala actuación hay mucho trabajo y dedicación y VOSOTROS habéis hecho completamente lo contrario, habéis sabido levantarme el ánimo y volver a poner en mi rostro esa sonrisa que forma parte de mí y, a pesar de haberme sentido francamente mal al irme así después de tanto esfuerzo diario cuando venía bien preparada, habéis conseguido que me levante para tener ganas de volver a entrenar duro en cuando llegue a casa y empezar a luchar por el siguiente objetivo.